Redacción. Madrid
En un artículo publicado en la edición digital de 'British Medical Journal', investigadores sugieren que la crisis económica mundial iniciada en 2008 podría ser la causa de un aumento de las tasas de suicidio en los países europeos y americanos, especialmente entre los varones y en los países con mayores niveles de destrucción de empleo.
Margaret Chan, directora general de la OMS.
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En 2008, la Organización Internacional del Trabajo estimó que el número de desempleados en el mundo podría llegar a aproximadamente 212 millones en 2009, un aumento de 34 millones con respecto a 2007. La Organización Mundial de la Salud expresó su preocupación por el impacto de la crisis en la salud mundial y pidió acciones para controlar y proteger la salud, especialmente entre los pobres y vulnerables.
Los estudios disponibles sólo analizan datos de un número limitado de países y no ha habido investigaciones sistemáticas en el patrón internacional en general o por grupos de sexo/edad y las regiones más afectadas. En este trabajo, científicos de las universidades de Hong Kong, en China; Oxford y Bristol, en Reino Unido, usaron los últimos datos disponibles de 54 países para evaluar los cambios en las tasas de suicidio tras la crisis de 2008, así como los efectos diferenciales de sexo, edad, país y cambio de empleo.
Los datos que se usaron fueron de la base de datos de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la base de datos del 'World Economic Outlook' del Fondo Monetario Internacional. El desempleo fue utilizado como el principal indicador económico.
Los investigadores evaluaron las tendencias temporales y calcularon el número esperado de suicidios en relación a las tendencias anteriores. Como punto de partida tomaron el año 2000, porque las tasas de suicidio en algunos países en la década de 1990 se vieron afectadas por la recesión de la década de 1990 y la crisis económica asiática de finales de 1990; de forma que el análisis principal se centró en las tasas de suicidio en 2009.
Se fijaron distintas categorías de edad para determinar si el impacto de la crisis económica global varió entre las edades: 15 a 24 años (acaba de entrar en el mercado laboral), 25-44 años ( primeros años de empleo), 45-64 (más tiempo en el empleo) y más de 65 (jubilación).
En 2009, hubo un aumento del 37 por ciento en el desempleo y una caída del 3 por ciento del producto interior bruto (PIB) per cápita, lo que refleja el inicio de la crisis económica en 2008. Todos los grupos europeos experimentaron un aumento del desempleo entre 2009 y 2010 y las tasas de desempleo comenzaron a subir en Estados Unidos y Canadá en 2008, seguidas por un aumento espectacular en 2009-10.
En 2009, la tasa global de suicidio masculino aumentó un 3,3 por ciento, con un excedente de 5.000 suicidios de hombres en todos los países estudiados. Estos incrementos se observaron principalmente en los 27 países europeos (4,2 por ciento) y 18 países de América ( 6,4 por ciento ) estudiados. El mayor incremento se observó en los hombres de 15-24 años de edad en Europa y en hombres de 45 a 64 años en Estados Unidos, sin detectar ningún cambio en el suicidio en las mujeres europeas pero sí un pequeño incremento en las mujeres estadounidenses.
Gran incremento en los nuevos socios europeos
También en 2009, los nuevos estados miembros de la Unión Europea (Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Rumania y Solvenia) mostraron el mayor incremento en las tasas de suicidio masculinas (13,3 por ciento) en Europa. Estados Unidos y Canadá mostraron un aumento del 8,9 por ciento y América Central y el Caribe registraron un aumento del 6,4 por ciento en los suicidios masculinos en comparación con un aumento menor en los países de América del Sur.
Estos incrementos parecen estar asociados con la magnitud de los aumentos en el desempleo, sobre todo en los varones y en los países con bajos niveles de desempleo previos a la crisis. Los investigadores aseguran que este trabajo documenta un "marcado aumento en el suicidio tras la crisis económica mundial de 2008".
El estudio se suma a otra evidencia que sugiere que la crisis económica mundial de 2008 provocó aumentos posteriores en el suicidio en los países afectados. Varias investigaciones recientes han demostrado un incremento de la prevalencia de la depresión o la ansiedad después de la crisis económica, sobre todo en personas que han tenido un empleo inestable o problemas financieros, algo consistente con las subidas documentadas del suicidio durante las recesiones pasadas, tales como la Gran Depresión en la década de 1930.
Los investigadores dicen que sus hallazgos "probablemente sean una subestimación del verdadero impacto global de la crisis económica sobre el suicidio", ya no había datos disponibles de algunos países. Asimismo, el incremento del suicidio suele ser la punta del iceberg de la angustia emocional relacionada con la recesión: por cada suicidio aproximadamente entre 30 y 40 personas hacen intentos de suicidio y por cada intento de suicidio una decena de individuos experimentan pensamientos suicidas.
En los 20 países europeos que tienen datos del año 2010, su análisis indica una subida aún mayor del suicidio masculino en 2010 (10,8 por ciento) que en 2009. Por todo ello, estos científicos concluyen que "es necesario tomar medidas urgentes para evitar que la crisis económica provoque cada vez más suicidios" y que los programas del mercado de trabajo pueden "ayudar a compensar el impacto de la recesión sobre el suicidio".
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