Hiedra García Sampedro
El Hospital Sagrat Cor de Martorell de las Hermanas Hospitalarias ha celebrado la octava edición de su Curso de Actualización en Psicogeriatría que este año se ha centrado en la depresión de las personas mayores. Según ha comentado a esta publicación el coordinador de la Unidad de Psicogeriatría del centro, Manel Sánchez Pérez, es muy alta la relación entre la depresión y la presencia de otras enfermedades físicas en las personas mayores; en concreto, un 15 por ciento de los casos tiene motivos vasculares.
Manel Sánchez, coordinador de la Unidad de Psicogeriatría del Hospital Sagrat Cor de Martorell.
|
En las personas con patologías cerebrovasculares o neurodegenerativas, como demencias y Alzheimer en particular, “es muy habitual que aparezcan síntomas depresivos”, según Sánchez. Por esto, los estudios con neuroimagen estructural y neuroimagen funcional cada vez dan más pistas. Se ha visto que hay algunas localizaciones cerebrales que cuando tienen afectación vascular importante aumenta la probabilidad de que se produzcan síntomas depresivos. “Aunque también existe un número importante de depresiones en las cuales los hallazgos en neuroimagen a día de hoy no aportan más información del origen orgánico de la enfermedad”, puntualiza Manel Sánchez.
Además de los factores de riesgo vascular, otra de las cuestiones clave que condiciona muchos de los síndromes depresivos en las personas mayores es la aparición de enfermedades físicas que generan discapacidad y pérdida de un nivel importante de autonomía. También la presencia de dolor crónico.
En cuanto a la prevalencia de la depresión en ancianos, depende de si viven en comunidad o en residencias geriátricas. En el primer caso, la enfermedad tiene una prevalencia del 5 o 6 por ciento; mientras que en el segundo caso, se da en más del 30 por ciento. Las personas mayores con esta patología viven los mismos síntomas que la población general, es decir, dificultad para disfrutar de las cosas ordinarias, inhibición, tendencia al aislamiento o tristeza. Sin embargo, en el caso de los ancianos, es habitual que se combinen estos síntomas con un empeoramiento del rendimiento cognitivo, de la memoria, especialmente en casos de depresiones graves, que pueden dar origen a confusiones con un proceso de demencia.
Según Manel Sánchez, el tratamiento fundamental en la depresión en mayores y en la población general son los fármacos antidepresivos. En este sentido, Sánchez agradece que en estos momentos existan medicamentos que son cada vez mejor tolerados por las personas mayores. Pero además, recuerda que no hay que dejar de lado la terapia electroconvulsiva en los casos de depresiones muy graves con alto riesgo de suicidio. También existen terapias variadas, como la asistida por animales, la psicoterapia, la de estimulación multisensorial u otros grupos de terapias no farmacológicas que han demostrado su efectividad.
Finalmente, se ha destacado la necesidad de que los especialistas actualicen su formación sobre este sector de edad, puesto que cada vez hay más ancianos. “Hace unos años, era una proporción relativamente pequeña la de ancianos que consultaban al psiquiatra pero en este momento la proporción se está incrementando de forma exponencial”, afirma Sánchez.
|
