Redacción. Valencia
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los profesionales de salud mental es al seguimiento del tratamiento por parte de los pacientes más graves. En ocasiones, el estigma, el miedo, o incluso, no ser conscientes de la propia enfermedad, les lleva a abandonar el tratamiento y dejar de acudir a los centros de salud mental. Recaídas, agravamiento de la patología y, finalmente, la hospitalización, son las consecuencias más graves de este abandono.
El coordinador de Salud Mental del departamento, Francisco Calvillo.
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Con el fin de disminuir estas hospitalizaciones y mantener al paciente en su entorno, el departamento de salud de Manises ha puesto en marcha una Unidad de Apoyo Domiciliario de Salud Mental que ha logrado estabilizar a cerca del 80 por ciento de los enfermos del departamento. “Un seguimiento personalizado, en el propio entorno del paciente, ha permitido concienciar a estos enfermos sobre su patología y normalizar su situación, logrando que por sí mismos sigan de manera regular el tratamiento y evitando su aislamiento social”, explica Francisco Calvillo, coordinador de Salud Mental del departamento de salud.
Así, un equipo conformado por una psiquiatra, una enfermera y una trabajadora social se desplaza tres días a la semana por las localidades del departamento y visitan uno a uno a los pacientes y sus familiares. “Se trata de citas concertadas en las que cada profesional evalúa un aspecto específico del paciente. La psiquiatra explora el estado mental del paciente y prescribe el tratamiento farmacológico, la enfermera administra el tratamiento y se encarga de la educación para la salud además de realizar tareas de coordinación y la trabajadora social valora la situación social e informa y gestiona los recursos y ayudas adecuados para cada caso”, explica Lucía Aroca, trabajadora social del área de salud de Manises. Tal y como afirma la trabajadora social, “se trata de un trabajo del día a día, poco a poco te vas ganando la confianza del paciente y acabas siendo un apoyo fundamental y una ayuda en su normalización”. El equipo también interviene en situaciones de crisis y da apoyo y formación a los familiares sobre cómo intervenir ante conflictos.
Desde su puesta en marcha la Unidad ha tratado a más de 150 enfermos. Aunque el porcentaje de reinserción y normalización es alto, un 10% de las personas tratadas por este equipo domiciliario precisará este apoyo de forma permanente. “Existen cierto tipo de enfermos especialmente vulnerable, para el que es necesario un apoyo más personalizado y constante y al que no dejamos de atender desde la creación de la Unidad”, ahonda Lucía Aroca.
Perfil del paciente
Las patologías más frecuentes tratadas en esta Unidad se enmarcan dentro del “trastorno mental grave”. Se trata de trastornos psicóticos, Trastorno Bipolar, Depresión Mayor y Trastorno de ansiedad grave, “de ahí la importancia del seguimiento personalizado ya que se trata de un problema social y familiar de primer orden”, afirma la el psiquiatra Francisco Calvillo.
En la mayoría de los casos, las familias de estos pacientes se encuentran en situación de dependencia que se ha visto agravada por la crisis económica. “Son familias que tienen dificultades económicas y que, en muchos casos, viven con impotencia su desconocimiento sobre cómo tratar a su familiar enfermo, por lo que encuentran en nuestro equipo un respaldo indispensable”.
Inclusión de pacientes en el programa
Para la inclusión de pacientes en este programa domiciliario, es fundamental la coordinación de las Unidades de Salud Mental del departamento de salud que están ubicadas en Manises, Mislata, Aldaia y Buñol. “Es el psiquiatra de estas Unidades el que deriva a los pacientes al programa de apoyo domiciliario”, explica el coordinador Francisco Calvillo.
Además, todos los profesionales implicados se reúnen mensualmente para evaluar la evolución de los enfermos y la inclusión de nuevos pacientes. En la actualidad, la Unidad de Salud Mental a domicilio está tratando a 50 pacientes con enfermedades mentales graves. |