Redacción. Madrid
La mayoría de trastornos de conducta disocial suelen debutar durante la infancia y tener consecuencias más graves a medida que el niño crece, como demuestra que hasta el 90 por ciento de los delincuentes juveniles persistentes tuvo problemas similares durante su niñez.
Elena Garralda.
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Así lo ha reconocido la catedrática emérita de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Imperial College London St Mary's Hospital Campus (Reino Unido), Elena Garralda, que ha participado en Santander en el 59 Congreso de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (Aepnya).
Esta experta ha reconocido que estos problemas de conducta suelen afectar al 5 por ciento de los niños de los que casi la mitad, un 40 por ciento, llegan a la adolescencia con problemas similares. Asimismo, se estima que la mitad de las personas de 26 años que tienen algún problema psiquiátrico lo tenían ya a los 15 años, y tres cuartas partes a los 18 años.
El pronóstico de estos menores puede variar tras la infancia y la adolescencia, reconoce Garralda. Así, mientras una tercera parte de niños y adolescentes con un trastorno psicótico se recupera, otra tercera parte se recupera pero no del todo o tiene recurrencias, y el resto "permanece afectado por la enfermedad".
Así sucede con el autismo, que "sigue de por vida", recuerda esta experta, si bien si bien su curso depende de una serie de factores. "Por ejemplo si hay también afectación intelectual o retraso mental, éste será un determinante de si la persona es capaz de progresar en la escuela y llevar una vida independiente o no".
De igual modo, también depende de si hay trastornos psiquiátricos comórbidos, y de la capacidad del entorno de adaptarse y a apoyar a la persona con autismo.
En relación a la depresión en los adolescentes, esta patología remite en la mayoría de los casos, aunque "tiene tendencia a recurrir", de forma que entre el 50 y 70 por ciento de los jóvenes afectados recaerán a los 5 años siguientes.
Esta experta ha destacado además que, a pesar de que la atención sanitaria en psiquiatría en el niño y el adolescente ha mejorado mucho en las últimas décadas con el desarrollo de servicios de salud mental infanto-juveniles, más personal, servicios especializados en distintos trastornos y tratamientos mejores y más eficaces, aún existen grandes retos que afrontar.
"La mayor parte de los trastornos infantiles no están diagnosticados y tratados. Lo están más los casos más graves, pero en general se calcula que en países con servicios psiquiátricos infanto-juveniles comparativamente bien establecidos, solo una tercera parte de los niños afectados son atendidos por profesionales especializados, de forma que en otros países el porcentaje es menor", ha lamentado.
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