Redacción. Madrid
250 pediatras de Atención Primaria se han reunido en Sevilla en el marco de las XVIII Jornadas de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía, organizada por la Asociación de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía (APap-Andalucía).
Begoña Domínguez, presidenta de la Aepap.
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Los pediatras de AP han identificado un aumento significativo en el número de casos de trastornos de conducta, emocionales y psiquiátricos entre la población infantil y juvenil. En este sentido, los pediatras de Andalucía han manifestado su preocupación no solo por la incidencia de estos trastornos, sino también por los efectos secundarios que presentan algunos de los tratamientos que reciben los niños y adolescentes.
“Aunque la indicación de antipsicóticos suele ser por prescripción de unidades de psiquiatría infantil, apreciamos que están creciendo de manera espectacular estos tratamientos entre la población infantil y esto conlleva que debamos hacer seguimiento de los posibles efectos secundarios”.
Ganar peso, somnolencia o problemas endocrinos son algunos de los efectos adversos más comunes. Según los pediatras de AP, muchos de los ensayos que estudian los efectos secundarios de los tratamientos solo informan de estos cuando tienen una frecuencia mayor del 10 por ciento. Además, consideran que los efectos adversos también deben contemplarse en la planificación de la estrategia del tratamiento del paciente. Por ello, “su administración también debería conllevar un cambio en el estilo de vida y en la dieta para evitar, por ejemplo, la ganancia de peso”.
Sin embargo, en el caso de pacientes con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), los efectos adversos de los fármacos suelen conllevar pérdida de apetito y peso, insomnio, ansiedad y tics entre otros efectos. El 7 por ciento de los niños de entre 6 y 14 años en Andalucía padece Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Se trata del problema del neurodesarrollo más frecuente en la infancia. Su trascendencia negativa en el desarrollo del niño y, sobre todo, su vulnerabilidad al tratamiento, hacen necesaria una evaluación y un abordaje adecuado y temprano en los niveles primarios de atención en salud y educación.
Este trastorno puede causar dificultades en la vida personal, académica y social, pero detectado y tratado a tiempo tiene un pronóstico favorable en más del 70 por ciento de los casos.
En cuanto al tratamiento, el objetivo consiste en disminuir la frecuencia e intensidad de los síntomas y facilitar estrategias para su control ya que no se dispone de un tratamiento curativo en la actualidad.
Comunicar de manera eficaz
A lo largo de las XVIII Jornadas de Pediatras de Atención Primaria de Andalucía, los pediatras han expresado la importancia de fortalecer y potenciar la comunicación con el paciente y sus familias, ya que “es la primera herramienta de trabajo que nos permite llegar al diagnóstico, transmitirlo a la familia, sopesar las posibilidades terapéuticas y hacer comprensible el pronóstico”, han destacado desde APap-Andalucía.
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