Redacción. Madrid
En un estudio realizado en Suecia, los niños con diabetes tipo 1 eran más propensos que sus hermanos no diabéticos a desarrollar un trastorno psiquiátrico o a intentar suicidarse.
Agnieszka Butwicka.
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“Sospechábamos que hallaríamos un aumento del riesgo de padecer trastornos psiquiátricos comunes, como la depresión y la ansiedad, como ocurre en los adultos diabéticos”, asegura la autora principal, Agnieszka Butwicka, del Departamento de Epidemiología y Bioestadística Médica del Instituto Karolinska, Estocolmo.
"La sorpresa fue encontrar que ese riesgo aumentaba con trastornos psiquiátricos tan distintos", lo que significa que extrapolar a los niños los resultados de los estudios en adultos es demasiado simplista.
De acuerdo con el Programa Nacional de Educación Diabética, más de 200.000 niños estadounidenses tenían diabetes en el 2012 y la mayoría tenía el tipo 1, que aparece cuando el organismo no produce suficiente insulina.
El equipo de Butwicka utilizó un registro nacional para comparar a más de 17.000 niños diabéticos nacidos en Suecia entre 1973 y el 2009 con más de un millón de niños saludables y con los hermanos sin diabetes del primer grupo.
Los autores revisaron las historias clínicas para hallar diagnósticos de trastornos psiquiátricos comunes: depresión, intentos de suicidio, ansiedad, trastornos alimentarios, trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), autismo u otros problemas de conducta.
En ‘Diabetes Care’, el equipo publica que el 8 por ciento de los niños con diabetes tipo 1 registraba un diagnóstico psiquiátrico. Los niños diabéticos eran dos veces más propensos a recibir ese diagnóstico a los 18 años que los niños sin diabetes y eran 1,7 veces más propensos a intentar suicidarse.
Pero el riesgo psiquiátrico más alto surgió en el grupo que había nacido entre 1973 y 1986; luego, disminuía. Eso, para la autora, indica que el avance en la atención de la diabetes, estilos de vida más flexibles y un control metabólico más efectivo también reducirían la carga psicológica de la enfermedad.
Algunos han argumentado que la creciente incidencia del autismo entre los niños con diabetes podría ser genético, así que sus hermanos podrían ser más propensos a sufrirlo.
No obstante, el equipo detectó solo un leve aumento del riesgo psiquiátrico y en ninguna categoría en especial.
Esto sugiere que los trastornos psicológicos en los niños diabéticos serían resultado de los efectos fisiológicos de la diabetes en lugar de un factor de riesgo genético o el ambiente familiar.
"Nuestros resultados podrían replicarse en otros países con un acceso a la atención de la diabetes pediátrica similar y con la disponibilidad de esos datos", dijo Butwicka.
Un estudio previo en Noruega había revelado que los adolescentes con diabetes tipo 1 son dos veces más propensos a morir antes de los 30 años que la población general, principalmente por trauma y suicidio, según recordó el doctor Maurizio Pompili, director del Centro de Prevención del Suicidio del Hospital Sant'Andrea y la Universidad la Sapienza, Roma, Italia.
"Los pacientes (con diabetes tipo 1) tienen casi el doble de riesgo de padecer depresión que la población general y los síntomas psiquiátricos son comunes en los pacientes (con diabetes tipo 1) y otras enfermedades autoinmunes", indicó Pompili, que no participó del nuevo estudio.
Opinó que en los niños diabéticos habría que investigar la depresión y aclaró que no todos necesitarán tratamiento.
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