Hiedra García Sampedro. Madrid
El cine y la literatura han estigmatizado a la terapia electro-convulsiva (TEC), o electrochoque en su denominación original. En el imaginario colectivo está la idea de que esta técnica es peligrosa y brutal, sin embargo, se sigue utilizando en los Servicios de Psiquiatría modernos porque realmente se ha convertido en una terapia “esencialmente muy bien tolerada” y con “efectos secundarios leves y transitorios”, como así afirma el jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario de Donostia, Javier Palomo.
Javier Palomo.
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Los efectos son tan leves que incluso está indicado para las mujeres embarazadas con depresión, porque la TEC, con una adecuada monitorización fetal, es mucho más segura para la madre y el feto que cualquier antidepresivo o que la propia enfermedad. La depresión mayor es el trastorno psiquiátrico en el que el electrochoque está más indicado, es una enfermedad grave, endógena y que presenta síntomas psicóticos y con riesgo importante de suicidio, y “en el que los resultados son más llamativos y aparentemente milagrosos”, apunta el psiquiatra.
Cuando se inventó la técnica, a finales de los años 30 del siglo XX, la indicación inicial era la esquizofrenia, y aún se sigue utilizando para la esquizofrenia catatónica o en sus fases iniciales, donde puede ser más eficaz. Desde entonces, se han producido una serie de mejoras, como el cambio en el tipo de electricidad, la manera de calcular la carga, las condiciones anestésicas o las combinaciones con los psicofármacos.
El choque eléctrico produce “una leve cefalea o dolor de cabeza así como pérdidas de memoria para hechos recientes que son transitorias y reversibles cuando se finaliza el ciclo completo de tratamiento”, asegura Javier Palomo, quien informa de que los pacientes pueden hacer una vida normal. Incluso se han instaurado las terapias ambulatorias a través de las cuales el paciente no queda hospitalizado y puede volver a casa a las tres horas de terminar el tratamiento.
Diferencia entre comunidades
En el Hospital Universitario de Donostia se realizan más de 100 sesiones mensuales de TEC. Hace 20 años, 100.000 pacientes al año en el mundo recibían este tratamiento, una cifra que ha podido doblarse hasta ahora. Pero no en todos los sitios están disponibles estas terapias.
Según Javier Palomo, en España existen “notables diferencias entre unos territorios y otros, no justificables en absoluto en base a lo que la evidencia científica recomienda”. Los expertos señalan que esta técnica debería ser de fácil disponibilidad en todas las provincias.
Formación en TEC
Existen entre tres y cuatro cursos anuales para profesionales psiquiatras sobre terapia electro-convulsiva, entre ellos el que celebrará del 25 al 28 de mayo el Hospital de Donostia, avalado por la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica.
Son cursos teórico-prácticos intensivos de cuatro o cinco días donde se pretende paliar la falta de formación en estos tratamientos de los especialistas psiquiatras. Durante la formación especializada, lo ideal es participar en 100 sesiones de TEC, sin embargo, según Palomo, “regular esta formación continúa siendo un tema pendiente”.
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