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Miércoles, 17 de junio de 2015   |  Número 44
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pacientes
superan a las páginas que intentan combatir contra estos trastornos
Los blogs que promocionan la anorexia y la bulimia ganan la batalla en internet
Las asociaciones de pacientes aseguran que el 75 por ciento de quienes visitan estas webs son jóvenes

Marcos Domínguez. Madrid
La influencia de internet en los trastornos de la alimentación (principalmente, anorexia y bulimia) es decisiva. Allí encuentran multitud de ‘consejos’ para no comer, ocultar a la familia su enfermedad, purgarse más efectivamente… pero también consiguen apoyo emocional a sus metas y una estimulación para continuar con una carrera de autodestrucción. Son las páginas web ‘pro Ana’ y ‘pro Mia’, como se conoce a la anorexia y la bulimia, respectivamente.

Luis Rojo.

“Tienen una influencia nefasta”, sentencia Luis Rojo, experto en trastornos de la conducta alimentaria de la Fundación Española de Psiquiatría. “No solo hacen una publicidad positiva de estas patologías sino que incitan a conductas que agravan los comportamientos alimentarios y facilitan la realización de prácticas peligrosas”. Además, una buena parte de las veces visten su contenido de forma atractiva, “planteadas de modo desafiante, al estilo de ‘si velas por tu salud no entres aquí’, incitan a la curiosidad”, etc. llamando poderosamente la atención de los menores, que son el 75 por ciento de los usuarios según la Asociación contra la Bulimia y la Anorexia (ACAB).

Frente a este problema han surgido diversas iniciativas que buscan reducir la presencia de estas páginas (blogs, en su mayoría) en los primeros puestos de los buscadores. ‘Posiciona contra la anorexia’ fue una de ellas, surgida en 2008 y que pretendía utilizar palabras clave para colocar en las primeras posiciones de los buscadores webs que alertaran sobre los verdaderos peligros de la anorexia y la bulimia, dejando aquellas ‘pro Ana y Mia’ en un lugar menos visible y, por tanto, más difíciles de acceder.

Más de 300 webs se sumaron a esta iniciativa, que consiguió un éxito inmediato: más de 16 de las primeras 20 referencias marcadas por Google al buscar términos como “carreras de kilos” (competiciones por ver quién adelgaza más), “ayudar a vomitar”, “engañar comidas” o “tips Ana y Mia” buscaban alertas a quien buscaba consejos para profundizar en su trastorno.

La lucha por el posicionamiento

Sin embargo, la proliferación de blogs y páginas web que promocionan estas enfermedades en los últimos años ha sido imparable: realizando una sencilla búsqueda es fácil comprobar que la tendencia se ha invertido, y son muchos más aquellos sitios que apoyan “un estilo de vida que en realidad es un estilo para morir”, apunta Rojo. El experto, no obstante, se muestra escéptico con las campañas para eliminar del posicionamiento las web ‘pro Ana’ y sustituirlas por otras más informativas: “El tiempo que un usuario pasa en una página es segundos, la persona interesada va a seguir buscando si no encuentra lo que quiere”.

La solución puede estar en la prohibición de estas webs. De hecho, hay países donde así se establece, y se cierran sin miramientos, explica Rojo, que se muestra de acuerdo con esta medida. También apunta a la posibilidad de que los servidores de estas páginas (en su mayoría, blogs personales) “tengan un papel más activo” en la vigilancia y control de estos contenidos, si bien la dificultad añadida es que muchas veces éstos se encuentran a miles de kilómetros de distancia.

Con todo, hay que desmitificar: pueden incitar a conductas que agravan el comportamiento alimentario de la persona, pero  Rojo no cree “que sean necesariamente inductoras de la patología”. Más allá de esta ‘punta del iceberg’ se encuentra unos estereotipos sociales que venden la delgadez como el seguro de éxito. La verdadera cura quizá no sea cambiar al anoréxico, sino el mundo que le rodea. Pero esa es la tarea más difícil.

Alisa, la nueva ‘amiga’

En muchos blogs ‘pro Ana’ y ‘pro Mia’ se cita a una nueva ‘amiga’ que desea ser ‘princesa’, pues así se llaman entre ellas. Se trata de ‘Alisa’, nombre que procede de la unión de las palabras ‘alimentación’ y ‘saludable’. Son aquellas cuya obsesión se centra en comer, sí, pero solo alimentos considerados sanos, sin calorías.

Esta obsesión -pues no es lo mismo un alimentación equilibrada con un control estricto e ciertos alimentos considerados sanos no por un experto sino por la propia persona y la comunidad de ‘princesas’- no está considerada hasta el momento un trastorno de la alimentación como tal. De hecho, Luis Rojo admite que no se ha ingresado todavía a ningún adolescente por este hecho. Como todos los extremos, no obstante, puede llegar a ser peligroso.

Donde sí advierte este especialista un cambio es en la edad de los pacientes. “Cada vez nos llegan más jóvenes, de 12 o 13 años”, explica. Este aumento del número de ingresos no deja de ser, sin embargo, mínimo, de una o dos personas por centro al año. De todos dependerá que sea puntual y no una tendencia.

 

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