Redacción. Vitoria
Los expertos han analizado las consecuencias de la crisis en la salud mental, una relación que según Leonardo Casais, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Cádiz, no “es una regla de tres, de a más crisis, más suicidios.” Sin embargo, una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha revelado que cuatro de cada 10 españoles ha recurrido en alguna ocasión a medicamentos para tratar la ansiedad y que uno de cada tres españoles ha consumido antidepresivos y tranquilizantes en este año.
Leonardo Casais.
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El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Cádiz ha aportado estos datos en la conferencia inaugural del XXI Curso de Actualización en Psiquiatría celebrado en Vitoria-Gasteiz bajo el título Repercusiones psiquiátricas de las crisis sociales.
El experto deduce que este elevado consumo, “por encima de la media europea, es debido a un abuso de prescripción. Es cierto, y es una práctica común para evitar la sobrecarga de la psiquiatría pública, que desde hace dos décadas se ha formado a la Atención Primaria para que atiendan las patologías llamadas leves o moderadas en Salud Mental, pero ahora da la impresión de que una ansiedad o una depresión sólo se tratan con medicamentos”.
Entiende el especialista que “se ha liberalizado la prescripción de psicótropos, algo que estaba muy restringido en la Atención Primaria hasta hace bien poco. Evidentemente, los cuatro mil psiquiatras censados en España no tienen una capacidad tan elevada de prescripción, así que solo cabe deducir que este alto consumo proviene de la Atención Primaria, donde se ha detectado un incremento de los trastornos de ansiedad y de depresión, que incluyen los trastornos del sueño (15 por ciento de la población). No tengo dudas de que a nadie le dan una caja de Valium sin receta”.
Crisis de valores
Alrededor de una crisis “que va más allá de los aspectos económicos y ha destapado una crisis de valores preexistente donde la gran corrupción de algunos proviene de las pequeñas corruptelas de millones de ciudadanos, y la pasividad y conformismo de otros”, el discurso de Casais se construye en diferentes estados. Así, Casais describe cómo “desde hace tres o cuatro años la psiquiatría privada ha detectado un descenso de consultas, quizás porque no hay dinero para recurrir a estas vías. Tampoco ha ascendido el número de consultas en la psiquiatría pública, cuyos recursos menguan, lo que invita a pensar que hay un sector de la población que, estando afectada con cuadros de ansiedad o de depresión, no está siendo tratada”.
El experto también detendrá sus reflexiones en un tema candente: el suicidio. Casais denuncia “un exceso de alarmismo alrededor de esta cuestión. Los medios de comunicación repiten una y otra vez que ha aumentado la tasa de suicidios sin ningún rigor científico. En España están registrados 9 suicidios al día, paradójicamente la tasa más baja de Europa. Y aunque aún estamos pendientes de la cifra de suicidios consumados en 2012 y 2013 (hasta 2014 no se sabrá de manera oficial), la sensación es que va a ser menor que la de 2007, cuando aún no había estallado la crisis. “Esto no es una regla de tres de a más crisis, más suicidios”.
Ante esa “crisis de valores a lo largo de toda una generación” que denuncia Casais, ¿Qué papel le corresponde al psiquiatra? “Tenemos la obligación de denunciarlo en los foros en que sepamos que nuestra voz se va a escuchar. Los psiquiatras somos médicos que hemos llegado a un aceptable nivel de conocimiento de las enfermedades mentales a través de la clínica y la biología. Los psicofármacos muestran un nivel de eficacia que no conocíamos hace una generación, de ahí probablemente su abuso al margen de la especialidad, que sólo servirá como terapia paliativa hasta que no se aborde una auténtica regeneración social que implique políticas económico-sociales que lleguen hasta las familias y los educadores; que restaure los valores éticos menoscabados en interés de unos pocos generando la esperanza perdida entre nuestros jóvenes y sus padres.”
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