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Hiedra García Sampedro.
La atención en Salud Mental en Andalucía está marcada por la estructura de los dispositivos, que se organizan en Unidades de Gestión Clínica tras la publicación del decreto 77/2008 de 4 marzo. Según ha comentado a esta publicación la directora de la Unidad correspondiente al Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Remedios Dorado, esta organización “tiene la ventaja de poder trabajar por procesos asistenciales para potenciar la continuidad asistencial y la mejora continua de la calidad”.
Remedios Dorado, directora de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío.
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Esta fórmula es la que ha adoptado el Servicio Andaluz de Salud para organizar sus servicios de salud mental, también los de Atención Primaria que comenzaron antes con esta estructura. En definitiva, se trata de establecer una serie de servicios y profesionales interdisciplinares que trabajan en un proceso asistencial, y la unidad es la que coordina las actividades que se desarrollarán en torno a una persona con una patología. “El objetivo es que no se fracture la atención sanitaria que debe seguir”, según Remedios Dorado.
El primer nivel de esta atención es la unidad de salud mental comunitaria en Atención Primaria, desde donde se deriva al paciente en función de la patología y del momento evolutivo de la enfermedad. “El responsable final siempre es el equipo comunitario”, explica Dorado, quien señala que la unidad de gestión firma acuerdos con todas las unidades de Atención Primaria del área asignada, y se contempla desde la mejora en la accesibilidad a la formación conjunta al desarrollo de sesiones clínicas compartidas.
Menos recursos
La Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Virgen del Rocío trabaja en cooperación con la Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental en procesos de trastorno mental grave. Esta fundación tiene redes residenciales y ayuda en los domicilios. Sin embargo, según señala Dorado, con los recortes que están sufriendo las Consejerías de Sanidad y Trabajo, de las que depende la Fundación, se corre el riesgo de empeorar el proceso de recuperación del enfermo.
Por otro lado, la falta de recursos económicos también se está viendo en la formación continua, para la que hay menos dotación. De todas formas, los cursos para los profesionales de la Unidad previstos para este año son un total de 16, cuando en años anteriores se han realizado cerca de 12. Aunque la directora de la Unidad señala que no dispone “ni de la mitad de lo que tenía antes para formación”, afirma que la docencia es una prioridad “para mejorar las competencias de los profesionales”.
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Entre las actividades de formación continuada están las sesiones clínicas y los cursos de formación como seminarios o talleres, que están acreditados por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía. Estas actividades se llevan a cabo ligadas a procesos asistenciales, que en Andalucía son tres, trastorno mental grave, trastorno de conducta alimentaria y trastorno depresivo-ansioso somatomorfo. También se hacen cursos sobre Psiquiatría Legal y Forense, sobre intervención con las familias, psicoterapias, metodología de la investigación, y más.
Docencia
La docencia en la Unidad también alcanza al pregrado y al posgrado. En cuanto al pregrado, acoge a un total de 200 estudiantes de Medicina. Para esta formación práctica de los alumnos, la Unidad cuenta con una serie de tutores preclínicos que son todos los facultativos más los residentes.
También acuden entre 32 y 35 estudiantes de Psicología cada año, en virtud de un convenio con la Universidad de Sevilla. Y además, alumnos de Enfermería y Trabajo Social.
En cuanto al posgrado, “es una de las Unidades Docentes de Salud Mental más densas del país”, según Remedios Dorado, ya que recibe cada año cuatro médicos residentes de Psiquiatría, seis de Psicología y 12 enfermeros. Cuando estén todos los residentes, habrá aproximadamente 60.
La designación de los tutores se hace por concurso. De hecho, recientemente se ha realizado un concurso a través del cual se han reacreditado los tutores que ya ejercían y se han acreditado unos nuevos. La Unidad Docente se constituyó como multiprofesional en 2011 y el proceso “no duró mucho” porque la Unidad “funciona desde hace tiempo como multiprofesional”, según Dorado.
Investigación y colaboración con otros servicios
Las líneas de investigación de la Unidad se centran en el programa de enlace, en la salud mental infanto-juvenil y en las patologías emergentes. También en las características sociodemográficas de las personas, cuáles son los perfiles de prestación asistencial, el análisis de esos perfiles y la adecuación de las intervenciones recomendadas, etc. “Lo que queremos saber es qué estamos haciendo, si lo estamos haciendo bien y como recomienda el proceso”, según Remedios Dorado.
La Unidad realiza unas 2.000 interconsultas al año, sobre todo con nutrición, cirugía bariátrica, oncología, neurología y quemados. El personal de salud mental valora a los pacientes candidatos a cirugías y trasplantes hepáticos, de tejidos compuestos, donantes vivos de riñón, etc. En el hospital infantil también se realizan interconsultas, y los programas que más destacan son oncología pediátrica, la UCI pediátrica, endocrinología y neuropediatría.
Retos futuros
Aunque la colaboración con Atención Primaria es muy estrecha, la directora de la Unidad cree que uno de los retos futuros sería avanzar en la cooperación con este nivel.
Sin embargo, para lograr que mejore la calidad de vida de los pacientes es fundamental la prevención y luchar contra el estigma de la enfermedad mental. Según Remedios Dorado, es necesario invertir en grupos humanos que trabajen desde distintos sectores en la prevención.
En este trabajo no hay que olvidar a las asociaciones de pacientes y familiares para asegurar la optimización de los resultados, e incorporar nuevas tecnologías para trabajar adecuadamente con los recursos on-line en formación, coordinación y en determinados abordajes terapéuticos. |
