Redacción. Castellón
Un estudio revela que la variabilidad individual existente en las conexiones cerebrales condiciona la capacidad de aprendizaje de las personas y, a su vez, el proceso de aprendizaje produce una modificación en las redes cerebrales asociadas a las áreas entrenadas, según ha informado la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) en un comunicado.
César Ávila.
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Este estudio lo han desarrollado investigadores del Laboratorio de Neuroimagen Funcional de la Universidad Jaume I de Castellón y del Center for Brain and Cognition de la Universidad Pompeu Fabra, y ha sido publicado en la revista científica ‘Journal of Neuroscience’.
Así, los resultados de la investigación concluyen que la capacidad de aprendizaje del cerebro humano se puede predecir mediante el estudio de la conectividad funcional espontánea inicial del cerebro, es decir, la conexión o sincronización de la actividad entre dos o más áreas cerebrales en estado de reposo.
El catedrático del Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la Jaume I, César Ávila, ha destacado que según es el cerebro antes de empezar a hacer una tarea puede dar información para conocer cuánto se va a aprender, "y eso desde el punto de vista de la psicología es fundamental". "Nos está dando un elemento predictivo de cómo vas a responder a una tarea de aprendizaje", ha añadido.
Para ello, la investigación se tomaron imágenes de Resonancia Magnética Funcional (RMf) del cerebro en estado de reposo y durante la realización de una tarea nueva antes y después de un entrenamiento distribuido a lo largo de dos semanas.
Esta tarea se basaba en la identificación de dos fonemas pertenecientes al lenguaje de la India como es el Hindi y Urdu, muy difíciles de distinguir para un no nativo.
El estudio, con una muestra de 19 participantes, reveló que la conectividad funcional inicial de las dos áreas asociadas al entrenamiento --el frontal opercular/ínsula anterior izquierda y el lóbulo parietal superior izquierdo-- predecía el aprendizaje, observando que aquellos participantes que mostraban una mayor conexión entre estas áreas eran los que conseguirían una mejor discriminación entre los dos fonemas.
Además, después del entrenamiento se producía una mayor desconexión entre estas dos áreas en aquellos participantes con mejor aprendizaje.
Segundo experimento
Los resultados se ratificaron con un segundo experimento en el que se realizó un entrenamiento intensivo de una hora a 28 personas, encontrando de nuevo la predicción del aprendizaje mediante el estudio de la conectividad funcional en estado de reposo.
"Por tanto, podemos decir que la actividad cerebral espontánea en estado de reposo predice la habilidad de aprendizaje y nos ayuda a entender cómo el aprendizaje modifica el funcionamiento del cerebro", según ha explicado Noelia Ventura-Campos, doctora en matemáticas e investigadora de la Jaume I. Ambos experimentos se realizaron con la colaboración de Eresa Grupo Médico en las instalaciones del Hospital Provincial de Castellón.
La novedosa metodología desarrollada, consistente en un análisis longitudinal en el que se combinan las imágenes de Resonancia Magnética Funcional con el cerebro activo con las imágenes del mismo en estado de reposo, permite interpretar la plasticidad cerebral asociada a un proceso de aprendizaje.
"Se trata de una nueva forma de exploración basada en estudiar la información que da el cerebro cuando no hace nada, que es mucha. Conocer cómo el cerebro aprende tiene muchas aplicaciones a nivel educativo y clínico", ha señalado César Ávila.
En este sentido, el investigador ha resaltado que las últimas investigaciones "están desmontando la creencia de que la capacidad del cerebro de modelarse se pierde sobre los 20 años, pues ahora se está demostrando que se puede modificar a cualquier edad, adaptándose a las nuevas circunstancias, y el estudio de los patrones del cerebro en reposo nos pueden ayudar precisamente a entender cómo el aprendizaje modifica el funcionamiento del cerebro".
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