Redacción. Barcelona
La Asociación del Suicidio - Asociación de Supervivientes (DSAS), la primera entidad del Estado que agrupa a familiares y allegados de suicidas y que nace con el objetivo de dar apoyo moral a personas que se encuentran en una situación similar, ha hecho un llamamiento para que se rompa el tabú que existe en torno a este tema y se hable de las cerca de 7.000 muertes anuales que calculan que se producen cada año en España por este motivo -19 diarias-.
Imagen de la rueda de prensa de la presentación de DSAS.
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En rueda de prensa celebrada en el Hospital Sant Pau de Barcelona para presentar la asociación, su presidenta, Cecília Borràs, que perdió a un hijo por esta causa, ha subrayado que la intención de la entidad es mostrar su respecto más absoluto por el dolor que siente cualquier persona afectada por el suicidio de una persona querida, destacando que hablar del tema vale la pena y "ayuda a dignificar el sufrimiento emocional".
La doctora del Servicio de Psiquiatría del Sant Pau y una de las mayores expertas del tema en España, Carmen Tejedor, ha negado que hablar de suicidios aumente los casos, ya que en todo caso solo lo cometen personas predispuestas a ello, y ha lamentado la dificultad de encontrar cifras exactas.
Ha considerado que la tasa oficial de entre 7 y 8 casos por cada 100.000 personas que se da en España en realidad es "el doble", debido a un mal recuento de los casos, añadiendo que por cada suicidio se producen cerca de 30 intentos.
"La ruptura de las relaciones afectivas" es el principal motivo que lleva al suicidio, así como causas subyacentes que en un 95 por ciento tienen que ver con trastornos psiquiátricos, ha evidenciado Tejedor, sobre una muerte que ha calificado como la más dolorosa posible para los familiares y amigos del difunto, ya que el silencio social y el repudio histórico a estos fallecimientos ahonda el sufrimiento.
El Hospital Sant Pau lleva cinco años con un programa de prevención del suicidio, y Tejedor ha indicado que esta muerte es "mucho más compleja" de lo que se piensa, por lo que las investigaciones médicas actuales buscan razones genéticas y epidemiológicas que podrían influir en este comportamiento.
Tejedor se ha mostrado muy crítica con el papel de los medios de comunicación y ha defendido la necesidad de abordar la principal causa de muerte de la población que tiene entre 30 y 44 años, por delante de los accidentes de tráfico, también porque desde el punto de vista económico y de gestión sería útil: "No hablar del suicidio es la mejor forma de que la gente se siga suicidando", ha remachado.
El director del Servicio de Psiquiatría del Sant Pau, Enric Álvarez, ha recordado que cerca del 13 por ciento de la población española sufrirá en algún momento de su vida una depresión, y que de entre todas las personas con depresión hasta el 15 por ciento llega a suicidarse, por lo que ha subrayado la necesidad de que cualquier exploración psicológica profesional de un paciente con esta enfermedad valore el riesgo.
Álvarez ha lamentado que la mala recogida de datos sobre suicidios hace que las estadísticas actuales no sean fiables, y ha indicado que, aunque la percepción de los especialistas es que la crisis económica está agravando los problemas psiquiátricos de la población, es necesario que pasen años para saber si realmente está aumentando los casos de suicidios.
Apoyo al dolor
Borràs, acompañada por otros dos miembros de DSAS, ha explicado que la entidad se ha constituido este año, agrupa de momento a 13 familias, y ha reclamado el apoyo de las administraciones para mejorar la atención a los supervivientes de un proceso de suicidio y "romper el silencio" que existe sobre el tema.
La presidenta de la entidad ha reconocido que la creación de la asociación fue "una forma de positivizar la experiencia trágica" que le tocó vivir junto a su marido con la muerte de un hijo, y ha evidenciado que aquellos que han perdido a un ser querido por esta causa comparten un sentimiento muy difícil de explicar.
De hecho, ha señalado que lo más habitual en el primer momento es experimentar culpa por no haber hecho nada para evitar la muerte, aunque con el tiempo la pérdida se va integrando y los sentimientos se amortiguan.
Borràs ha añadido que la filosofía de la entidad no incluye por el momento dar apoyo psicológico profesional, ya que está planteado como "un grupo de supervivientes para supervivientes", y ha indicado que también quieren crear un gran fondo bibliográfico y audiovisual sobre el tema para mejorar el conocimiento existente.
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