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Viernes, 21 de noviembre de 2014   |  Número 35
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actualidad
EL PROBLEMA APARECE SI COMIENZA A DOMINAR LA VIDA DE LA PERSONA
La línea que separa una manía de la obsesión
Los psiquiatras advierten que la alteración es problemática si supera la hora semanal

María de las Heras. Madrid
Las manías son los trastornos más aceptados por la sociedad. Solo unos minutos son suficientes para que cualquiera identifique algún hábito que se repite, por irracional que parezca, una y otra vez en su vida. El problema aparece cuando ese acto, aparentemente absurdo, comienza a dominar la vida de la persona.

Julio Bobes.

El vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, Julio Bobes, establece el límite de la manía y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) por el tiempo que dedica esa persona a esta alteración de la conducta: “Habitualmente se estima que el individuo está afectado cuando dedica más de una hora a la semana a este pensamiento o comportamiento”.  A este factor, Bobes suma también los efectos que tiene en la persona: “Muchas veces generan angustia, ansiedad o estrés”.

Afortunadamente, tener una manía no está íntimamente ligado al TOC tal y como explica a EsTuSanidad este especialista: “Los últimos estudios realizados en Estados Unidos y Europa demuestran que estas enfermedades afectan al 1-2 por ciento de la población general”. Bobes asegura que las personas que padecen estas patologías tienen una mayor carga genética en sus antecesores y han estado expuestos a acontecimientos vitales estresantes, factores que nada tienen que ver con una simple manía que se asocia a inseguridades propias de la personalidad de las personas que las sufren.

Aún así, el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría aconseja acudir al especialista si el entorno de la persona o el propio afectado se percata de que se ha convertido en esclavo de sus propias alteraciones y domina sus pensamientos diarios: “Es muy importante el diagnóstico precoz para aplicar uno de los tres tipos de tratamientos posibles: el psicoterápico, el psicofarmacológico y el neuriquirúrgico, este último para los casos más graves”.

Las manías más comunes en la población

Lavarse las manos continuamente, limpiar sin descanso, pulsar el interruptor un número de veces determinado cada vez que  se entra en una estancia o se sale de ella, no pisar las líneas del suelo al andar, colocar las cosas de una forma determinada siempre, vestirse cada día con un orden exacto… Estas son solo algunas de las manías más comunes entre la población, escondidas en muchas ocasiones con el término costumbre, pero que, sin embargo, el que las practica no puede separarlas de su rutina.

Curiosamente estas prácticas suelen suelen ser también los primeros indicios de las enfermedades obsesivo compulsivas, por lo que los expertos defienden la necesidad de que el entorno tome conciencia de que si estas alteraciones caracterizan al afectado no es porque se trate de una “persona maniática sin más”.

Lo que parece claro es que tanto las manías como los trastornos obsesivos lo importante es reconocer el problema y buscar una solución para que la persona se libere de una atadura impuesta por la inseguridad en un caso una enfermedad en el otro.

 

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