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Miércoles, 06 de noviembre de 2013   |  Número 18
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actualidad
SE SITÚA EN EL 30 POR CIENTO
La falta de detección de los problemas psicopatológicos sitúa a España a la cabeza de Europa en fracaso y abandono escolar
Los trastornos y dificultades del aprendizaje no diagnosticados se asocian a una mayor vulnerabilidad para el consumo de drogas

Redacción. Barcelona
La falta de diagnóstico de los trastornos del aprendizaje y de otras psicopatologías en el niño, unido al elevado consumo de cannabis y alcohol y otras drogas entre los adolescentes parecen explicar la elevada tasa de fracaso escolar, según los expertos reunidos en el III Congreso Internacional de Patología Dual celebrado en Barcelona.

Miguel Casas.

Los últimos datos evidencian que entre el 25 por ciento y el 30 por ciento de los adolescentes no terminan o fracasan en sus estudios, dato que contrasta con las cifras registradas en los países del norte de Europa donde el fracaso ronda el 7 por ciento.  La diferencia entre el fracaso escolar español y el del resto de países europeos no se debe solamente a problemas de tipo económico, social o a la formación del profesorado, se debe a que algunos países europeos detectan, diagnostican y tratan mejor los problemas psicopatológicos y de aprendizaje de los niños. “Una gran parte del fracaso escolar es debido a que durante muchos años se ha focalizado en el entorno social y familiar del niño o en los curricula y planes de estudio y se ha rechazado la posibilidad de buscar un problema psicopatológico o del aprendizaje que explicara mejor el bajo rendimiento escolar” indica el profesor Miguel Casas, presidente del Congreso Internacional de Patología Dual, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’ Hebron de Barcelona y Catedrático de Psiquiatría de la UAB.

La clave, a los cinco años

En opinión de los expertos reunidos en el Congreso, en nuestro país se aprecia una notable falta de diagnóstico en la infancia de los trastornos del aprendizaje y de trastornos más psiquiátricos como el Trastorno por Déficit de Atención en Hiperactividad (TDAH), las conductas desafiantes o el aislamiento que deben ser abordadas cuando el niño inicia su etapa escolar.

Este tipo de trastornos y dificultades van a provocar que primero el niño y luego el adolescente no tenga la capacidad suficiente para retener la información de los estudios. “La detección hay que empezarla a los 5 o 6 años. En esa edad es donde se deben detectar los problemas de aprendizaje que pueden culminar con el fracaso escolar en la ESO. A los 15 o 16 años, todo es mucho más difícil” aclara el profesor Casas.

Pero el fracaso escolar es sólo uno de los problemas resultantes de esta falta de detección, ya que estos trastornos que influyen en el aprendizaje propician a medio y largo plazo el consumo de sustancias adictivas.

Vulnerabilidad adictiva

En opinión de los expertos, el concepto de mayor vulnerabilidad para el consumo de drogas está íntimamente relacionado con la psicopatología y los trastornos y dificultades del aprendizaje no diagnosticados. 

La situación clínica favorece que niños y adolescentes que padecen problemas psicopatológicos sin diagnosticar, opten por la “automedicación” consumiendo cannabis, alcohol y otro tipo de sustancias adictivas como una forma de autocompensación que les permita sentirse mejor.

En opinión del profesor Casas “la combinación de una vulnerabilidad individual para las patologías mentales acompañada de abuso de tóxicos como automedicación, lleva irremediablemente a la patología dual en la edad adulta. Cuando no se diagnostican ni se tratan los problemas del neurodesarrollo en la edad infantil, aparece, en un primer momento, el consumo de tabaco, cannabis y alcohol y más adelante, la predisposición al consumo de drogas ilegales como la cocaína y la heroína”.

Cannabis puerta para el alcohol

En este punto, el experto llama la atención sobre las elevadas cifras de cannabis y alcohol consumidas por los adolescentes españoles y apunta que “el cannabis así como el alcohol son factores de riesgo para el fracaso escolar”.

De hecho, según los últimos estudios, los adolescentes españoles se sitúan en el tercer lugar del mundo desarrollado en cuanto al consumo de cannabis, por detrás de Canadá y  Suiza y uno de cada cuatro jóvenes menores de 15 años ha consumido esta sustancia en el último año.

A este consumo se le suma el del alcohol, una adicción que ha aumentado espectacularmente en los jóvenes menores de 18 años, ya que cerca del 40 por ciento de los adolescentes aseguran haberse emborrachado alguna vez en el último mes.

 

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