Redacción. Valencia
El presidente de Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), Nestor Szerman, ha defendido la inhalación de nicotina mediante el cigarrillo electrónico como “tratamiento eficaz” para estos enfermos ya que les ayuda a contrarrestar los efectos secundarios de los medicamentos contra los trastornos mentales sin las consecuencias negativas que tiene la droga del tabaco.
Vicent Balanzá, José Martínez Raga, Néstor Szerman y Julio Sanjuán.
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Szerman ha realizado estas declaraciones en la rueda de prensa de presentación de la XVI edición de las Jornadas Nacionales de Patología Dual', que se celebra por primera en Valencia hasta el próximo sábado, con más de 700 participantes y 56 simposios y con el patrocinio del NIDA (National Institute on Drug Abuse).
En la presentación, también participaron el profesor titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia y coordinador, Julio Sanjuan, y los expertos de la Universidad de Valencia y del Hospital Universitario Doctor Peset, José Martínez-Raga y Vicent Balanza.
La patología dual es la existencia de una adicción y otro trastorno mental. De hecho, es una realidad clínica que seis de cada diez pacientes con trastorno mental va a desarrollar una adicción hasta el punto de que en Estados Unidos uno de cada dos cigarrillos que se compra lo adquiere un enfermo mental.
Este mayor incremento del tabaquismo en los pacientes con trastornos mentales, como la esquizofrenia, se explica porque el tabaco aumenta el metabolismo en los pacientes y por tanto disminuyen los efectos secundarios de la medicación, tiene beneficios cognitivos ya que les ayuda a aumentar la concentración y memoria, así como otros efectos propios de la patología como ansiedad, depresión, hostilidad o rabia. De hecho, se ha comprobado que dejar de fumar de golpe suele conllevar un agravamiento de la enfermedad mental.
Sin embargo, los enfermos de patología dual tienen una esperanza de vida entre 20 y 25 años menor que la población general no fumadora tanto por las consecuencias de su fuerte tabaquismo en unión con los efectos de la propia enfermedad.
Entre los pocos estudios realizados sobre el cigarrillo electrónico se encuentra el realizado en Sicilia en 300 pacientes esquizofrénicos, que no están motivados para dejar de fumar, a los que se sustituyó el tabaco por el cigarrillo electrónico durante 12 meses y los resultados fueron una reducción en el consumo sin que supusiera un empeoramiento de la evolución de la enfermedad.
En concreto, un 13 por ciento que fumaba cigarrillos con dosis alta de nicotina dejó de fumar, un 9 por ciento de los que fumaban cigarrillos con dosis baja de nicotina abandonó el tabaco frente a un 4 por ciento al que se le administró placebo. Por ello, Szerman ha defendido que aunque no se consiga que dejen de fumar del todo ha defendido el cigarrillo electrónico si con él se consigue disminuir el número de cigarrillos que fuman, que suele oscilar entre 40 y 60 diarios.
Con todo, Balanza ha constatado que "la falta de regulación" y de estudios clínicos plantea varios interrogantes por resolver como "la incertidumbre" sobre la eficacia para dejar de fumar y los efectos nocivo a largo plazo, la veracidad de los componentes que señala el fabricante, que suponga "una puerta de entrada" para nuevos segmentos sociales, como los adolescentes, o que contrarresten todo los conseguido en las últimas décadas por las campañas contra el tabaquismo. Por todo ello, ha señalado que "aun no hay datos científicos para poder hacer una recomendación científica".
Cannabis
Por su parte, Julio Sanjuán, experto del Hospital Clínico de Valencia y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Valencia, ha señalado que entre el 30 y el 40 por ciento de los primeros episodios psicóticos atendidos en su centro son de pacientes consumidores de cannabis.
Al respecto, ha destacado que muchos estudios sí que demuestran que la aparición de cuadros psicóticos constituye "uno de los principales efectos asociados a la marihuana, pero su consumo también puede empeorar el curso de la enfermedad en los pacientes con esquizofrenia y puede producir una reacción psicótica en algunos usuarios" frente a la creencia social de que "no sólo no es negativo sino que tienen efectos positivos".
No obstante, ha señalado que el impacto del cannabis, al igual que ocurre con el alcohol, depende de cada individuo y que son varios los factores que explican la diferencia de vulnerabilidad. Entre ellos, la cantidad y tipo de droga consumida, la edad del primer uso, los antecedentes familiares y factores genéticos específicos. En ese sentido, ha matizado que aunque no hay datos concluyentes los estudios apuntan a que en un futuro se podrá precisar esa vulnerabilidad con un test genético al igual que ya hay para el cáncer. |