Hiedra García Sampedro. Madrid
El representante de la Sociedad Española de Psiquiatría ante la Asociación Europea de Psiquiatría (EPA), Manuel Martín Carrasco, ha sido designado nuevo presidente del comité directivo del Consejo Europeo de Sociedades Psiquiátricas. Martín ha contado a esta publicación que su objetivo es trabajar para armonizar la formación en Psiquiatría en el ámbito europeo, conseguir una paridad de recursos con respecto a las demás especialidades y reducir el estigma de la enfermedad mental; de todas formas, “a nivel mundial, Europa es el continente más avanzado en esta lucha”, ha asegurado.
Peter Falkai (Alemania), secretario del Consejo; Manuel Martín Carrasco (España), presidente del Consejo; Wolfgang Gaebel (Alemania), presidente de la Asociación Europea de Psiquiatría, y Tamas Kurimay (Hungría), vicepresidente del Consejo.
|
En Europa existe una gran disparidad en cuanto a las políticas contra la estigmatización, “no existe una medición seriada y homogénea de los niveles de estigma en el continente que permita tener una idea de la evolución de esta dimensión”, subraya Manuel Martín. Donde sí se realizan estudios es en los países más avanzados y allí la situación es mejor.
En general, no existen estudios adecuados sobre los niveles de salud mental, como así critican los especialistas. Por esta razón, no es posible establecer comparaciones a niveles europeos o mundiales. “Como mucho, disponemos de estudios analizando determinados indicadores, como los de suicidios u hospitalizaciones psiquiátricas”, puntualiza Martín. Son los países nórdicos los que disponen de los sistemas de atención más desarrollados y con una mejor integración entre los dispositivos de salud mental y los de Atención Primaria. Pero esto no significa que la salud mental población nórdica sea mejor que en España o en los países mediterráneos o del Este, ya que “hay otras dimensiones de tipo sociocultural que modulan la salud mental tanto o más que la disponibilidad de determinados servicios”, afirma Manuel Martín.
Los profesionales de la EPA aseguran que la crisis económica de los últimos años ha afectado a la implementación de las estrategias de salud mental en Europa, aunque se han realizado intentos. En 2001 la Organización Mundial de la Salud publicó un informe en el que denunciaba el descuido a nivel mundial de la salud mental, por lo que en 2005, un total de 52 estados miembros de la Región Europea de la OMS firmaron una Declaración y un Plan de Acción. En ese mismo año, la Comisión Europea presentó un Libro Verde para fomentar el debate sobre posibles medidas de la UE en salud mental. Finalmente, se redactó un Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar en 2008 con el compromiso de trabajar en la prevención de la depresión y el suicidio, la salud mental en la juventud y la educación, la salud mental en las personas mayores, la lucha contra el estigma y la salud mental en el entorno laboral. Son objetivos que aún continúan siendo válidos en la actualidad.
Manuel Martín subraya que “no es necesario que exista un registro europeo de pacientes”. “No deben estar controlados puesto que la inmensa mayoría de las mismos no supone ningún riesgo para la sociedad”, comenta. Los únicos registros que existen se refieren a las actuaciones e intervenciones clínicas realizadas sobre personas con enfermedad mental, son registros anónimos que se emplean fundamentalmente con fines de planificación asistencial y de investigación epidemiológica. Martín recuerda que “la inmensa mayoría de los pacientes no suponen ningún riesgo para la sociedad, y por el contrario, son miembros valiosos de la misma”. |
