¿Quiere recibir la Publicación de Psiquiatría y Salud Mental en su correo de forma gratuita?
Miércoles, 20 de noviembre de 2013   |  Número 19
Acceda a nuestra hemeroteca
en portada
SIMPOSIO EN LA FUNDACIÓN RAMÓN ARECES
Es fundamental el rechazo a la obsesión para diagnosticar TOC
En la actualidad se habla del espectro de la obsesión donde se incluyen varios trastornos, algunos mal clasificados

Hiedra García Sampedro. Madrid
A todos nos obsesiona algo, lo que distingue a una persona con trastorno obsesivo compulsivo es el sentimiento de rechazo hacia esa obsesión. Así se ha señalado en el simposio internacional ‘La enfermedad de la duda: el TOC’ celebrado en la Fundación Ramón Areces en Madrid y en el que han participado expertos en Psiquiatría y en Genética.

Jerónimo Saiz (izquierda) y José Manuel Menchón (derecha), coordinadores del simposio. En el centro, José María Medina, del consejo científico de la Fundación Ramón Areces.

Según el primer ponente, Juan José López-Ibor Aliño, el TOC “ha aguantado a lo largo de los años como un trastorno independiente, a pesar de que se ha querido mezclar por ejemplo, con los trastornos de ansiedad”. El TOC se refiere a pensamientos o imágenes recurrentes que el enfermo considera inadecuados y contra los que lucha, son rituales que surgen para poder controlar otros trastornos, como la ansiedad. Ese aspecto de resistencia contra la obsesión es lo que determina el TOC. En este sentido, la guía de clasificación DSM-5 ha dado un paso importante al reemplazar la calificación de (pensamiento) inadecuado por indeseado.

Ya en los años 50, Juan José López-Ibor (padre), describió que la ansiedad de las neurosis no era un mecanismo puramente psicológico, sino un elemento biológico, que se parecía al que existía en las depresiones. De ahí vino la idea de tratar la neurosis en sentido amplio con fármacos, entre ellos antidepresivos como clomipramina o algunos inhibidores de la captación de serotonina (pero no todos). Los tratamientos no eliminan las obsesiones, sino que devuelven el control del sujeto sobre ellas. “A todos se nos ocurren obsesiones, pero las vamos rechazando porque tenemos cosas más importantes que hacer, la mejor psicoterapia es la vida cotidiana”, ha comentado López-Ibor Aliño en el simposio internacional.

Ahora se empieza hablar sobre “espectro obsesivo” y se engloban algunos trastornos que sí tienen que ver con las obsesiones, como el trastorno de acaparamiento, la tricotilomanía (arrancarse el cabello), o el rascarse y pincharse. Pero el DSM-5 incluye en el espectro de las obsesiones el trastorno dismórfico corporal (sujetos que se quieren operar) cuando está más cerca de los trastornos de identidad corporal.

Por otro lado, el psiquiatra ha subrayado que los profesionales “se concentran en lo que tiene el enfermo cuando llega a la consulta, pero se ha perdido el seguimiento”. Según señala, hay que tener en cuenta las variaciones de los síntomas porque pueden ayudar a entender mejor la patología. También han ayudado a comprender estas patologías obsesivas las nuevas técnicas de neuroimagen. Gracias a esta tecnología, se sabe que cada tipo de obsesión activa una zona distinta del cerebro. De esta manera, si hay diferencias en cuanto a la actividad cerebral, también deben ser distintas las técnicas de estimulación, los tratamientos.

El TOC, un trastorno con “insuficiente atención”

En la presentación del simposio, el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, Jerónimo Saiz, ha comentado que el TOC recibe en la actualidad una “atención insuficiente”, a pesar de ser un problema de salud mental grave y que puede ser discapacitante. Este trastorno aparece en una edad muy precoz y a veces su evoluación no es buena. “Entendemos que la persona que lo sufre padece culpa y vergüenza”, señala Saiz, quien recuerda que el tratamiento para esta patología debe ser psicológico y muchas veces farmacológico. “Hay nuevos medios de tratamiento que parecen prometedores no solo por su eficacia sino para entender las bases biológicas de la enfermedad”, añade.

En la jornada también han participado Ángel Carracedo, de la Universidad de Santiago de Compostela, que ha explicado la conexión entre los trastornos psiquiátricos y la genética. Además, el evento ha contado con la presencia de profesionales internacionales como Damiaan Denys y Michael H Bloch, quienes han hablado de los factores etiopatogénicos del TOC y sus aspectos diferenciales en la edad infanto-juvenil.

 

| La informaci�n que figura en esta edici�n digital est� dirigida exclusivamente al profesional destinado a prescribir o dispensar medicamentos por lo que se requiere una formaci�n especializada para su correcta interpretaci�n |

© 2004 - 2024 Sanitaria 2000, S.L.U. - Todos los derechos reservados.
agencia interactiva iberpixel.com