Redacción. Madrid
Una agencia del Pentágono ha comenzado una investigación para conocer cómo los implantes en el cerebro pueden combatir los trastornos mentales, como la ansiedad, el de estrés postraumático o la depresión mayor.
Justin Sánchez.
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El proyecto se llevará a cabo gracias a una asociación entre la Universidad de Massachusetts y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (Darpa), con la esperanza de comenzar los ensayos en humanos tan pronto sea posible. El proyecto contará con más de 50 millones de dólares para su financiación.
La técnica, conocida como estimulación cerebral profunda, consiste en insertar el pequeño chip entre el cráneo y el cuero cabelludo, que se comunica con electrodos puestos dentro del cerebro.
Cuando el chip registra alteraciones en el funcionamiento neuronal, se liberan pulsos eléctricos minúsculos a las zonas afectadas que restaurarían la función cerebral del paciente. Los investigadores esperan que, a largo plazo, la supresión de los síntomas sea permanente.
"Muchas veces, hemos visto trastornos neuropsiquiátricos en el personal militar y hay muy pocas opciones (de tratamiento)", según Justin Sánchez, un representante de la Darpa.
Como con cualquier técnica que implica manipular el cerebro de una persona, los científicos permanecen cautelosos. Sin embargo, el investigador principal del proyecto, el doctor Emad Eskandar, confía en que la tecnología trabajará para bien de los enfermos.
"Nuestra esperanza es que este proyecto no solo restaure la calidad de vida de los afectados, tanto militares como civiles, sino que cambie dramáticamente la forma en que nos acercamos al tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos”, aseguró.
Darpa es el brazo de investigación avanzada de los militares de EEUU que financia cientos de nuevos proyectos, entre ellos, la creación de robots que puedan salvar las vidas de soldados en el campo de batalla.
Según la Darpa, unas 100.000 personas en todo el mundo ya utilizan los dispositivos de estimulación cerebral para el tratamiento de enfermedades neurológicas como el parkinson y la distonía.
Sin embargo, los implantes que se usan actualmente (conocidos como 'marcapasos cerebrales') son dispositivos relativamente simples. Según la Agencia, los equipos de investigación trabajarán en implantes más sensibles y sofisticados.
"Mientras que (los dispositivos actuales) han demostrado ser eficaces, están basados en los conceptos de la industria del marcapasos cardíaco", dijo Sánchez. "Y sabemos que el cerebro es muy diferente al corazón".
La Darpa espera que el proyecto, que forma parte de la iniciativa ‘Brain’ del presidente estadounidense, Barack Obama, no solo beneficie a los miembros de las fuerzas armadas, sino que mejore significativamente nuestra comprensión de la enfermedad mental.
"A pesar de los avances recientes, los médicos e investigadores siguen estando limitados por las herramientas disponibles para estudiar, entender y tratar los sistemas del cerebro", publicó la Agencia en el 2013. |