Redacción. Barcelona
A lo largo del mes de enero, el Servicio Catalán de la Salud (Catsalut) ha empezado a tramitar una nueva tarjeta sanitaria que identifica aquellas personas que por sus características clínicas necesitan un conjunto de actuaciones diferenciadas en su relación con los profesionales y los servicios sanitarios. Es el caso de pacientes con demencia, discapacidad intelectual grave y profunda, discapacidad intelectual leve o moderada con trastornos de conducta, trastornos del espectro autista y daño cerebral.
Boi Ruiz, consejero de Salud.
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Se trata de una prueba que se está implantando en diferentes centros de Cornellà de Llobregat, Manresa y el Maresme Central. Según indica la Consejería de Salud de Cataluña en un comunicado, la nueva tarjeta sanitaria es un elemento identificador que facilita una atención más personalizada para distinguir e identificar a personas que pertenecen a colectivos con enfermedades que conllevan limitaciones relacionales.
La tarjeta ‘Cuídame’ no comporta ninguna modificación en relación con el reconocimiento del derecho a la atención sanitaria a cargo del CatSalut, ni respecto al nivel de cobertura, es decir no otorga ningún derecho adicional pero permite una atención más accesible y adaptada a las necesidades de ciertos colectivos.
La Consejería indica que “las características clínicas específicas conllevan la necesidad de atención específica, de acuerdo con un determinado nivel de capacidad y de dependencia, que se asocia a un diagnóstico principal”. La solicitud de la nueva tarjeta la debe hacer el médico del paciente, a petición propia o de su representante o tutor. En todo caso, siempre se tendrá en cuenta la opinión del médico. Una vez llevada a cabo la solicitud, el CatSalut hará la tramitación y entregará al paciente o representantes o tutores.
Entre los beneficios de la tarjeta, se encuentran una prioridad en la accesibilidad al sistema, como disminuir demoras en las salas de espera; facilidades para el acompañamiento al paciente en las visitas, zonas de urgencias o de actividades diagnósticas y los traslados en ambulancias; flexibilidad en el tiempo dedicado a la consulta (con la previsión, siempre que sea posible, de un espacio y un tiempo específicos); facilidades en el acompañamiento permanente en los ingresos hospitalarios, en las consultas no presenciales, en la atención domiciliaria y de acceso al hospital de referencia en demandas urgentes del SEM. |