Redacción. Madrid
El 70 por ciento de los cuidadores de personas con esquizofrenia son mujeres, y la mayoría se encuentra en un rango de edad que oscila entre los 46 y los 60 años, según ha mostrado un estudio elaborado por la asesora médica de la asociación Voz Pro Salud Mental, María Luisa Rascón Gasca, quien ha comentado que este factor indica que son las propias madres las que se hacen cargo del cuidado de estos pacientes.
Y es que, la atención en el cuidado de la salud se concentra en el paciente, y regularmente son ignoradas las secuelas sobre el bienestar del cuidador. En concreto, las progenitoras responsables de la salud del paciente desarrollan severos cuadros de depresión, en tanto que los padres con la misma función suelen caer en enfermedades como el alcoholismo.
En este sentido, el estudio ha mostrado que uno de los problemas más recurrentes en el paciente esquizofrénico deriva del poco apego a su tratamiento: "El paciente recae, y el cuidador siente culpabilidad, esto deviene a su vez en afecciones a la salud física y mental de la persona a cargo", ha destacado la especialista.
De hecho, más de la mitad de los cuidadores han declarado haber protegido en más de una ocasión al paciente de cometer actos peligrosos contra ellos mismos. Unas acciones que se traducen en presión y estrés que resulta perjudicial a su salud.
Afecta a la economía familiar
Por otra parte, Rascón Gasca ha avisado de que los impactos negativos en la calidad de vida del cuidador no se limitan sólo a su salud, sino que además, impactan de manera negativa en su economía.
"Más de la mitad de los encuestados señalaron que existe un impacto importante y negativo en su presupuesto. Además, refirieron que el impacto más grande se da en su propia salud mental y, posteriormente en su ocupación laboral, seguido de su salud física y por último en sus relaciones interpersonales sociales", ha explicado.
Y es que, según ha comentado la experta, el estado emocional del cuidador se modifica paralelamente a las recaídas de la persona con esquizofrenia, provocando que se produzca un aislamiento social, donde familias enteras caen en un proceso de ensimismamiento y descuido de su salud emocional y física.
"Ante situaciones inesperadas como el diagnóstico de alguna enfermedad mental, cualquier persona necesita información y capacitación útil para prevenir impactos negativos considerables, por lo que es prudente acercarse a instituciones capacitadas para dar apoyo al respecto", ha recalcado.
Por todo ello, Rascón Gasca ha destacado la importancia de reconocer la necesidad de una atención especializada para la persona con la enfermedad, así como del familiar a cargo. Asimismo, ha abogado por la educación respecto a la enfermedad mental entre familiares y público en general, así como por la inclusión de personas con determinada afección mental.
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