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Lunes, 12 de mayo de 2014   |  Número 28
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actualidad
ES UNA MEDIDA COMPENSATORIA A LA PÉRDIDA DE PESO
El 40% de las personas con trastorno de conducta alimentaria son adictas al deporte
El ejercicio en algunos casos deriva en un patrón de conducta anómalo que esconde psicopatología, como ocurre con la vigorexia

Redacción. Madrid
Cuatro de cada diez personas que sufren trastorno de la conducta alimentaria son también adictos al deporte. “Las adicciones y las otras patologías mentales se relacionan muy frecuentemente, explica Néstor Szerman, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). La patología dual, como se define esta asociación, ocurre en el 70 por ciento de los casos”.

Ignacio Basurte y Néstor Szerman.

En los últimos años se ha incrementado notablemente la asistencia a gimnasios y la realización de deporte de manera rutinaria, algo que en palabras de Ignacio Basurte, secretario de la SEPD, “es recomendable”. Este experto asegura que “los estilos de vida saludables como una alimentación variada y equilibrada y el ejercicio moderado es aconsejable en todas las épocas del año”.

El problema radica en que en algunos casos detrás del “hábito” del deporte se encubren otros trastornos como los de la alimentación donde el ejercicio se convierte en medida compensatoria para la pérdida de peso y, en algunos casos, deriva en un patrón de conducta anómalo que esconde psicopatología, como ocurre con la vigorexia.

“Aunque la mayoría de la población expuesta no desarrolla adicción, si la persona es vulnerable y está diagnosticada de otros trastornos o adicciones la probabilidad aumenta”, apunta Szerman.

Actualmente no hay estudios epidemiológicos que establezcan la prevalencia de la “dependencia al ejercicio” en la población general pero observando los casos atendidos parece que en personas con disforia, y rasgos de personalidad obsesivo y límite, ocurre de manera frecuente. En cuanto a la adicción a sustancias, suelen ser personas con trastorno por uso de alcohol, opioides y tabaco. En palabras de Szerman, “la diferencia entre ser adicto al deporte y no serlo viene marcada cuando el deporte interfiere la rutina y la vida diaria y la anteposición de éste a otras recompensas naturales”.

Reacciones a nivel cerebral

Muchos autores defienden que el deporte produce a nivel cerebral las mismas reacciones que provocan las drogas en el cerebro de los consumidores. En este sentido, el presidente de la SEPD considera que “en personas vulnerables, expuestas, se podría afirmar que se producen reacciones semejantes. Hay personas que tienen sistemas y circuitos cerebrales disfuncionales que dan lugar a diferentes síntomas psíquicos como malestar, problemas de relación interpersonal y que mejoran cuando realizan un ejercicio físico intenso”.

Ser el problema o ser la solución

En el lado contrario existen terapias para pacientes con patología dual que incluyen la práctica deportiva como parte del tratamiento. “Los modelos neurobiológicos en animales podrían explicar en muchos casos porqué en determinados pacientes con patología dual pueden compensarse o incluso mejorar con la realización de ejercicio físico”, comenta Basurte. “A día de hoy sabemos que el deporte es competitivo con el autoconsumo de drogas (que destruye neuronas) y que aumenta la neurogénesis (creación de neuronas).

Basándonos en estos datos se puede afirmar que “las adicciones a sustancias y las adicciones comportamentales comparten en cierta medida sustratos neurobiológicos”, concluye el experto.

 

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