Lorena Martínez / Imagen: Miguel Fernández de Vega y Joana Huertas. Madrid
Históricamente, los problemas con las drogas han estado relacionados con los varones. Sin embargo, las mujeres han comenzado a salir de la sombra, admitiendo cada vez más sus adicciones y procurando ponerles freno, bien a través de los servicios de salud o mediante asociaciones de ayuda al drogodependiente. Tanto que, por primera vez, el porcentaje de mujeres que han acudido a este tipo de entidades por problemas relacionados con alcohol y cannabis es mayor que el de hombres.
Así lo enseña el último informe presentado desde la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (Unad), según el cual, un 23 por ciento de mujeres, frente a un 20 masculino, ha acudido en busca de ayuda para hacer frente a su adicción al alcohol. Una tendencia al alza que se repite en el caso del cannabis, en el que el género femenino cosecha el 19 por ciento del total mientras que en el caso de los hombres la cifra se reduce al 18.
No obstante, las mujeres siguen eligiendo los servicios de salud como primera solución al problema de adicción. Y es que, por cada cuatro varones, solo una mujer acude a algunas de las 250 entidades de apoyo que configuran Unad.
“La vergüenza y el rechazo social al que se enfrentan provoca que las mujeres tarden más en asumir el problema y en buscar ayuda profesional”, anota al respecto Luciano Poyatos, presidente de Unad, quien destaca asimismo que el estigma multiplica los problemas psicológicos entre el género femenino.
La violencia de género, antecedente de cerca del 60% de casos de adicción
En este sentido, Francisco de Asís Babín, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, menciona que alrededor del 60 por ciento de los problemas de adicción en mujeres presentan un antecedente de violencia de género.
La situación de convivencia y el número de hijos al cargo son otras de las variables socio demográficas que avalan la existencia de claras diferencias entre ambos sexos. La edad sin embargo se postula como un factor más unitario. Así, la franja de edad más problemática se sitúa entre los 26 y los 44 años en ambos géneros, al cosechar un 50 por ciento (varones) y un 48 por ciento (mujeres) del total de las consultas recibidas.
Luciano Poyatos, Francisco Babín y Celia Díaz han presentado
el informe a los periodistas.
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Otro de los puntos que preocupa a los expertos es el del consumo en menores. Según el estudio, que ha sido elaborado por parte del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología, el 10 por ciento de las consultas atendidas desde Unad corresponden a menores de 16 años, en cuyo caso resulta especialmente problemático el consumo de cannabis.
"La sociedad banaliza los riesgos del consumo de cannabis"
“Es imprescindible combatir el mensaje de inocuidad en torno al cannabis. La sociedad y el ejemplo de otros países está ayudando a banalizar sus graves consecuencias para la salud”, denuncia Babín.
Por su parte, desde Unad destacan asimismo el aumento de la incidencia de las conocidas adicciones sin sustancia, como por ejemplo a las nuevas tecnologías y a las compras, en las que la mujer porta nuevamente un papel protagonista.
“Estamos inmersos en un cambio veloz y constante y es necesario un reciclaje profesional que garantice la igualdad de acceso de hombres y mujeres al mejor de los tratamientos”, ha concluido Poyatos.
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